Con un conversatorio en que participaron estudiantes y un docente de la comunidad LGBTQ+, la lectura y premiación del concurso de  microcuentos, y la expresión artística de danza contemporánea, se conmemoró el Día Internacional del Orgullo LGBTQ+, organizado por el Centro de Formación Integral, la Academia de Arte y Cultura, el Departamento de Humanidades y Arte, y la Dirección de Género.

En este sentido, Claudia Saldía, coordinadora de Comunicación del Centro de Formación Integral, explicó que “para nosotros es muy importante abrir espacios de difusión y reflexión en torno a la diversidades y las disidencias, y más que nosotros dar contenido, es para despejar el espacio a la reflexión y que las personas compartan sus visiones respecto a estas temáticas que son tan importantes para ir reivindicando los espacios que se les han ido quitando y que han perdido las distintas diversidades sexuales”, afirmó.

 Microcuentos

Según explica Claudia Saldivia, a partir de la conmemoración del Día del Libro, “se conectó el concurso de microcuentos y las temáticas específicas de diversidad de género y sexual, de tal forma de abrir un espacio de discusión”, aseguró.

Al concurso, que se inició en el mes de abril, postularon 12 microcuentos que estarán asociados a un libro digital que se lanzará el segundo semestre.

En la ceremonia se realizó la premiación de los 3 primeros lugares cuyas autoras tuvieron la oportunidad de leer sus obras, que como característica tenía que ser narrada en 250 palabras.

Premiadas

Catalina Lagos, es estudiante de tercer año de la carrera de Antropología en la ULagos y obtuvo el primer lugar en el concurso de microcuentos con su obra La nueva bailarina. Ella relata que su motivación a participar es «que a través de la antropología estoy abordando la temática de género. Entonces quise expresarlo materialmente, participando con mi microcuento, quise aprovechar la instancia porque estas oportunidades son muy valiosas para divulgar este conocimiento”, sostuvo.

“El primer lugar fue una noticia tremenda, muy motivadora para mí, para continuar indagando en este tema, porque me doy cuenta que es cada vez más contingente y puede ser abordado desde la antropología que es una disciplina integral y holística. Todo esto me motiva a continuar”, destacó Catalina Lagos.

Visibilizar el dolor

El segundo lugar del concurso lo obtuvo Yubiza Orrego de la Torre, de cuarto año de Pedagogía en Lengua Castellana y Comunicaciones. Manifestó que “intenté visibilizar el dolor de una persona al confesar a su familia que pertenece a la comunidad LGTB, y cómo la familia deja de tener ese rol protector y pasa a ser un factor de estrés, intolerancia y perpetuador de dogmas ancestrales y del qué dirán” indicó.

Además, agregó “traté de establecer un punto de encuentro entre el lector y el texto, remarcando la idea de un útero (madre) que reclama a su hijo o hija, sin hacer diferencias, porque entiende que ese de allí es su ser, más no lo hace, porque el amor no siempre puede contra esas creencias que sustentan la base homofóbica de muchas familias chilenas. En definitiva, un pequeño relato cargado de esa verdad cruel qué día a día sufren cientos de personas, solo por el hecho de intentar visibilizar una realidad latente, una realidad que algunos pretenden esconder, pero como dice el dicho, «el amor es tan bonito, entonces, ¿Para qué guardarlo en el closet?”, sostuvo.

Premiación

 La autora explicó que “más que una categoría de premiación, me siento afortunada de haber podido leer y expresar este relato, ya que fue creado desde mi perspectiva materna. Yo, mamá, he visto cómo ese calor y ese entendimiento tan natural y propio de nuestro instinto, se ve soslayado solo por cuestiones tan ilógicas como lo son la intolerancia a la diversidad, la falta de empatía y el odio infundado” y agrega que “desde mi perspectiva, no puedo entender cómo hay personas que prefieren excluir a los suyos, a negar el amor y hasta a dañar a aquellos pequeños seres que te titularon como madre o padre. La verdad, no lo comprendo. Espero que si algún día mis hijas o mi hijo llegasen a tener una orientación sexual distinta a la que dicta la norma, puedan sentir que mamá les entiende, les ama y les protege. Finalmente, son seres nacidos de mí … Compartimos corazones mientras estuvieron en el vientre. Compartimos el aire, nutrientes, vida, ¿Cómo solo se puede voltear la mirada y dejarles a la deriva? El ser una de las ganadoras me dio esa oportunidad. Expresar una realidad que no debiese de ser, para invitar a la reflexión”, destacó.

Proyecciones

Sobre su futuro como escritora Yubiza Orrego, comentó que “actualmente se está gestando un taller literario del cual seré monitora, gracias a la intervención del Departamento de Cultura de la Municipalidad  de Río Negro, titulado «Cartas al viento», y el cual busca acercar la poesía a la comunidad, pero no una poesía romántica, como es lo clásico, sino más bien una poesía orientada a la resiliencia. He escrito un poemario llamado «Poemas de amor para una infancia rota», en que se exponen diversos tópicos que pueden dañar la infancia, pero visto con los ojos de adulto. Una invitación de ese adulto resiliente, que deja atrás la cultura, por ejemplo, del machismo, de los secretos familiares, de la violencia e incluso de la violación o de la incomprensión a las capacidades diferentes. La idea es recolectar historias verdaderas y plasmarlas en versos que demuestren que existen cambios, que hay gente que se para del cieno y dice «ok, el dolor acaba conmigo», y hace cambios generacionales a partir de la valentía al no seguir estos «dogmas de crianza», y agrega que “espero poder publicar dicho poemario, y muchos otros que están dispersos por allí, entre hojas de cuadernos viejos, además de una novela fantástica llena de metáforas que aluden a la realidad, pero qué lamentablemente, se ha quedado en pausa, entre mis acotados tiempos de estudiante, las labores de casa y las necesidades de mis guaguas”, concluyó Yubiza Orrego de la Torre, de cuarto año de Pedagogía en Lengua Castellana y Comunicaciones.

Inspiración

A su vez, Brihana Peña,  estudiante de Historia y Geografía, obtuvo el tercer lugar del concurso de Microcuentos con su obra Labial Rojo. “Me inspiré en un vecino que tenía el arte transformista. Desde pequeña vi como él, de día tenía que ser una persona y de noche otra, para poder ser finalmente aceptado por la sociedad. Esto desde pequeña me llamó la atención ya que por los valores que me entregó mi familia, siempre supe que no tenía que discriminar una persona por lo que elegía ser”, finalizó.