Violencia obstétrica: Cambio de paradigma con educación, respeto y derechos
Campus Osorno
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Cumpliendo el primer objetivo de dar a conocer el tema, socializarlo y discutirlo, se realizó el conversatorio “Ley Adriana: ¿Por qué necesitamos una ley que regule la violencia obstétrica?, organizado por la carrera de Obstetricia y Puericultura de la Universidad de Los Lagos y en la que participaron activamente cerca de un centenar de estudiantes de la carrera.

En este contexto, el objetivo de la charla según Carla Bravo, abogada, directora del Observatorio de Violencia Obstétrica (OVO Chile), y expositora de la jornada, “fue situar la discusión en porqué es necesaria un ley que regule la violencia obstétrica y garantice un parto respetado. Precisamente, en estos días se está discutiendo en el Congreso, la Ley Adriana, y la idea del conversatorio es indagar porqué esta ley surge, porqué es necesario que se impulse y llegue a ser ley de la República. Existe una necesidad y una deuda histórica con el proceso del nacimiento y, principalmente, porque la violencia obstétrica es una de las violencias de género más invisibilizadas”, y agrega que “la verdad es que se necesita de una regulación especial que tienda a modificar los problemas estructurales que  generan este tipo especial de violencia y que se inicia,  no solamente en las mujeres y sus familias, sino que también en el personal de salud que interviene en todo lo que es el nacimiento. Por tal motivo, es muy importante que estudiantes de carreras de salud en general, sobre todo matronas y matrones, estén al tanto de lo que se está discutiendo y logren entrar en la reflexión que esta legislación propone”, afirmó.

En esa línea la profesional precisó que “lo que propone la ley, más que sancionar prácticas de violencia obstétrica, pretende cambiar el paradigma de atención en salud y pasar, en el fondo, de un enfoque tecnocrático biomédico en que el personal de salud decide sobre los procesos reproductivos de la mujer, a un paradigma de atención con enfoque de derecho y género, que considera a la mujer como sujeto y no como objeto”, aclaró.

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Millaray Gutiérrez Nahuelcar, estudiante de Obstetricia y Puericultura de la Universidad de Los Lagos. Es de Chiloé, de la ciudad de Achao, comuna de Quinchao.

Derecho a exigir

A su vez, Andrea Velásquez Muñoz, matrona, psicóloga y jefa de carrera de Obstetricia y puericultura de la ULagos, complementó “que las mujeres ya tienen derecho a exigir todo lo que es su derecho sexual y reproductivo. Es decir, exigir que las traten bien los profesionales de la salud. Especialmente mujeres que están en relación a su parto. Que ellas exijan que las respeten en este proceso tanto en el ámbito privado como público de la salud. Que se les trate como ser humano, que no se les infantilice, que se les considere su opinión, esto es fundamental. Reconocer que si se llega a aprobar la Ley Adriana, las mujeres puedan exigir, y los profesionales que incurran en estos abusos pueden ser sancionados. Ahora bien, esto último no es el fin, la sanción, sino más bien evitar que con la ley lleguemos a ese punto”, acotó.

En el ámbito de la salud en nuestro país, la jefa de carrera confirma “que todavía existe el hecho que los profesionales de la salud, tienen esta autoridad y un enfoque biomédico, es decir, que tratan de buscar en el otro solo la sintomatología, sin saludar muchas veces a la persona, sin preguntar como está, lo que siente. No se respeta su opinión, por lo tanto lo que se busca es una relación más armónica y un trabajo en conjunto con el paciente. Además muchas veces, todo lo que tiene que ver con privacidad, confidencialidad, no se respeta”, aseguró.

Malla curricular

Alejandra Carreño, antropóloga, doctora en antropología, docente de la carrera de antropología y Puericultura de la ULagos, tuvo el rol de coordinadora de la actividad. Ella comentó que “tuve la oportunidad de presentar cómo se aborda la violencia obstétrica desde el punto de vista de las ciencias Sociales, y como forma de violencia de género. A su vez, estuvimos trabajando con el Observatorio de Violencia Obstétrica (OVO), en que existe una participación interdisciplinaria de antropólogos, personal de salud: obstetras, matronas. Y todo este equipo ha ido generando un diálogo y una presencia, ya a nivel nacional de este debate en torno a la necesidad de una ley que regule este tipo de práctica”, sostuvo.

Para la investigadora, uno de los grandes méritos de la carrera “es la malla curricular que se creó, ya que desde la base, desde el primer año, los estudiantes tienen una formación desde los roles que cumple la cultura, la sociedad, en la reproducción de desigualdad de género en particular y el abordaje de los procesos de salud sexual y reproductivo que no solamente es de la óptica biomédica, sino biopsicosocial. Hay una mirada desde cómo las comunidades producen  salud y generan desigualdad en salud. Esto implica que la carrera está formando a los estudiantes desde las bases con una mirada integral e innovadora a nivel de oferta curricular de las distintas universidades, porque esto se ha ido incorporando ahora, y en este caso, nuestros alumnos, ingresados en primer año, ya recibieron una formación en temas de interculturalidad, género, entre otros. Es una apuesta innovadora que hayan integrado el curso de Antropología y el diálogo con los estudiantes ha sido muy fluido”, destacó.

Determinantes sociales

La académica, profundizando en su análisis, explica “que nosotros abordamos desde la óptica de los determinantes sociales, que significa entender que la salud no es una vivencia individual, sino que es una experiencia colectiva, que se construye en comunidad; que hay factores económicos, políticos, sociales, vinculados a la salud y que también hay persistentemente grupos más vulnerables en temas de salud que se van quedando atrás” y agrega que “esas vulnerabilidades se crean desde el nacimiento. Incluso antes del nacimiento. Entonces los estudiantes van conociendo los desafíos que implica esta mirada de la salud en el ejercicio de la obstetricia, cómo hay que tener una mirada específica para la salud de adolescentes, qué pasa con las comunidades de la diversidad sexual, cómo se abordan las necesidades de salud sexual y reproductiva de la población lesbiana, de la población homosexual, qué pasa con las migraciones, con los pueblos indígenas, las desigualdades a nivel de clases sociales en Chile, las brechas; son parte de lo que abordamos con los estudiantes”, precisó.

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Estudiante

Millaray Gutiérrez Nahuelcar, es de Chiloé, de la ciudad de Achao, comuna de Quinchao, estuvo presente en la charla y cuenta que la principal razón por la cual decidió estudiar la carrera de Obstetricia y Puericultura “es porque me gustaría trabajar en mi localidad con esta profesión, ya que, actualmente en la zona de Achao y Curaco de Vélez, no existen, o si existen son muy pocas, las y los profesionales que se dedican a este rubro. Algo que a mi parecer no es correcto, y por lo mismo me gustaría generar un cambio positivo en mi localidad mediante la buena práctica de la profesión que hoy por hoy estoy estudiando”, sostiene.

Con esta visión profesional y social, la Millaray Gutiérrez entregó su opinión de la charla. “Fue muy buena, debido a que de alguna forma nos aportó en nuestra formación como futuros matrones y matronas de la Universidad de los Lagos, ya que la violencia obstétrica, es una de las violencias más invisibilizadas y más normalizadas que viven hoy las mujeres por parte del sistema chileno, tanto público como privado. Yo pienso que en un futuro, podemos realizar un cambio positivo en la sociedad y en el sistema, donde las mujeres no sean vistas como un objeto de producción solamente,  asimismo evitando las malas prácticas por parte de los profesionales de salud”, afirmó.

Siguiendo el análisis de la actividad, la estudiante comentó respecto a la participación del curso, que considera “en general buena. Todos intentamos de participar y expresar nuestras dudas respecto a este tema, el cual es bastante amplio y que nos compete como profesionales para generar un cambio positivo mediante la buena práctica de la profesión”, indicó Millaray Gutiérrez.

Ley preventiva

Carla Bravo, abogada, directora del Observatorio de Violencia Obstétrica (OVO Chile), y expositora de la charla, siguiendo el análisis de la ley que aspiran sea promulgada, comentó que “es un proceso lento que requiere un cambio cultural, pero el derecho tiene un rol que cumplir. El derecho en sí mismo o la regulación en sí misma no va cambiar el paradigma. Pero la ejecución de la ley, con el tiempo, probablemente sí lo haga. Porque la ley tiene un enfoque fuertemente preventivo. Está enfocada por ejemplo, en instalar una nueva forma de educar al personal de salud con enfoque de derechos, es decir, impacta en la formación del personal”, aseguró.

En la misma línea de reflexión, la abogada agrega que la ley “también establece el deber de efectuar capacitaciones y actualizar al personal de salud que ya está en ejercicio, es decir, aquellos que fueron formados con otro paradigma, que se capaciten actualmente en la nueva forma que debemos atender la salud sexual y reproductiva de la mujer, y por otra parte, también establece ciertos mecanismos de prevención que involucra al usuario e implica por ejemplo la existencia de talleres prenatales, plan de parto, en que la mujer de alguna expresa de qué manera quiere que sea el nacimiento de su hijo o hija”.

Finalmente, la profesional indica que “debe existir una comunicación continua, constante entre los equipos de salud, y las mujeres, que permitan una comunicación fluida, una información para una correcta toma de decisiones. Entonces todas esas cosas, si uno las mira en conjunto debiesen llevar a que en un futuro no muy lejano, eso ya se instale como una manera de actuar” y agrega que “es importante tener en cuenta que la ley no tiene un enfoque sancionador y punitivo. No es esa la forma en que quiere cambiar el paradigma. No es con amenaza como sanción que es a lo que estamos acostumbrados en Chile en muchos otros ámbitos. Aquí se establecen otros mecanismos y los tiene la propia ley”, aseguró Carla Bravo, abogada, directora del Observatorio de Violencia Obstétrica (OVO Chile).

 

 

Publicado por: Marcelo Morales Mena