La urgencia de comprender y proteger las cuencas hidrográficas de la región
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La limnologa Norka Fuentes y el equipo del laboratorio que dirige se despliegan por quebradas y riveras de la región tomando muestras y midiendo parámetros durante todo el año, para llevar el conocimiento científico a las mesas de toma de decisiones en favor de  la protección de ríos, estuarios y humedales.

Por Loreto Bustos

Según la Organización Mundial de la Salud OMS una persona necesita beber entre 2 y 5 litros de agua al día, no obstante son de 50 a 100 litros los que se necesitan para producir su alimento, lavado de ropa, higiene personal, limpieza del hogar entre otros: esta es su huella hídrica. Sin embargo, en algunas zonas de África las personas disponen de apenas a 2,5 litros para todas estas necesidades.

Del 75% del agua del planeta solo un 2,5% es agua dulce. De ello el 1% corresponde a lagos, ríos y atmósfera, un 30% a aguas subterráneas y un 70% a glaciares y capas polares.

Cada vez hay menos agua disponible para el consumo humano. Es un bien tan preciado que científicos como la limnóloga Norka Fuentes buscan incansablemente proteger.

Y desde que se hizo cargo de la dirección del laboratorio de Limnología de la ULagos, han sido numerosos los proyectos en los que ha participado y liderado con el objetivo de aportar a la protección de ríos, lagos y humedales además de la conservación de la biodiversidad de la flora y fauna que habita en ellos.

Uno de sus temas favoritos es cómo se acoplan los sistemas acuáticos marinos con el sistema continental, la interacción que se produce cuando ambos sistemas se encuentran en los estuarios esta fascinación es una herencia de quien fuera su mentor en la limnología, el fallecido profesor Hugo Campos.

Los inicios

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Norka Fuentes es Bióloga Marina de la Universidad Austral de Chile. Dos años después continuó ligada a su universidad en un proyecto entre la UACh y Sernageomin sobre el origen de los metales pesados en la cuenca del río Valdivia, trabajo derivado de su tesis de pregrado realizada bajo la guía del destacado geógrafo y renombrado investigador Dr. Mario Pino.

“Queríamos ver la viabilidad espacial y temporal de los metales pesados en este estuario del río Valdivia y ver si había una correlación con la llegada de los alemanes que se asentaron en Valdivia”, explica.

Mientras trabajaba en este proyecto UACH- Sernageomin, postuló a una beca del Servicio Alemán de Intercambio Académico DAAD para realizar estudios de doctorado en Alemania, beca que logró siendo la única mujer seleccionada para los 10 cupos disponibles ese año.

El doctorado en Alemania

Cursó su doctorado en Ecología Acuática en la Universidad de Konstanz, específicamente en el “Uso de isótopos estables 13 C y 15 N (‰) en estudios limnológicos del lago Constanza – Influencia del carbono alóctono en las cadenas alimentarias del lago”. Esto es  el acoplamiento de los ecosistemas bentónico-pelágico a través del bucle microbiano “microbial loop”, para estimar si las comunidades pelágicas que están en las columnas de agua como las que se encuentran en los ambientes más profundos tomaban este suministro de carbono que le llegaba a través del río Rhin. “Hasta ese momento se pensaba que ese carbono alóctono era refractario, sin embargo, este carbono que llegaba por el río se transformaba en metano y de esta forma se utilizaba por los organismos. Con esos isótopos estables pudimos marcar diferentes fuentes de carbono incluyendo este carbono que llegaba del río y el que se producía en el lago y pudimos ver, a través de un modelo mixto, cual es la dieta de los organismos pelágicos bentónico, qué porcentaje correspondía a carbono transportado por los ríos y qué porcentaje era carbono que se producía en el lago Constanza.

En Osorno

En Osorno se ha desempeñado en diversos proyectos relacionados con el medioambiente y la protección de éste. Uno de sus primeros estudios como docente de la Universidad de Los Lagos estuvo ligado al Área Marina Costera Protegida Lafquen Mapulahual (AMCP-MU),  proyecto financiado por el Fondo de Protección Ambiental (FPA) para evaluar la calidad de las aguas de los ríos que irrigan esta área. Este estudio entrega argumentos para extender los límites del área de protección para que incluya los ríos Cholguaco y Huellelhue como parte del patrimonio ambiental de nuestro país.

Ha puesto todo su empeño y conocimiento en la protección de los humedales en Rupanco y en Osorno y actualmente lidera un proyecto encargado por la Municipalidad de Osorno para hacer un diagnóstico de la calidad de los ríos Damas y Rahue y establecer un plan de vigilancia y restauración para la calidad de los cauces.

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“Estamos estudiando la calidad de las aguas de estos dos ríos para establecer si en ellos se pueden realizar actividades de contacto directo, según el DS 143, una norma primaria que tiene que ver con determinar la concentración de algunos elementos tóxicos como plaguicidas, metales o nutrientes que pongan en riesgo la salud de las personas, porque la ciudadanía estaba solicitando hacer uso de sus ríos. Además, en este estudio quisimos incorporar algunos parámetros que sirvieran como base para establecer la norma secundaria de protección de estos cuerpos de agua. Por lo que también determinaremos las concentraciones de fósforo, nitrógeno, clorofila, turbidez del agua y la riqueza y abundancia de organismos bioindicadores”, explica la Dra. Norka Fuentes junto al estudiante tesista de magíster, Celso Mondlhane, proveniente de Mozambique y al equipo del laboratorio de limnología, motivados por este proyecto que busca que los osorninos puedan aprovechar sus ríos y dejar de darles la espalda como ha sido por décadas.

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Graves consecuencias

Problemas de contaminación de lagos, vertimiento de desechos agrícolas y lecheros a los ríos, escasez hídrica, crisis sanitaria, han sido parte de las graves consecuencias que la Región de Los Lagos ha debido enfrentar en el último tiempo en materia medioambiental y en todas el factor común ha sido la falta de fiscalizaciones y las débiles normas que están establecidas en la legislación. Por ejemplo, comenta la experta que “el lago Llanquihue fue uno de los primeros en tener norma secundaria en Chile y solo contemplaba las bahías cercanas, los núcleos urbanos, entre 4 y 5 zonas para un lago que tiene una superficie de 860 km2 y más de 200 metros de profundidad, una norma que no consideraba bioindicadores, es decir, una norma que no funciona y que menos mal ahora están modificando”, dijo.

Agrega, “el problema es que quienes hicieron este tipo de normas no dialogaron con la ciudadanía, no hubo participación ciudadana. Hoy el tema más complejo que vemos es la falta de voluntad política para que el agua sea un derecho ciudadano, estamos en un escenario de cambio climático donde vemos déficit hídrico debido a que menos es el agua que se infiltra y abastece los pozos, no se almacena porque han cambiado el bosque nativo por monocultivos forestales o praderas, se ha reducido el sotobosque, capa vegetal que tenía la capacidad de almacenamiento eficiente de agua y ahora donde hubo bosques hay zonas áridas, erosión, entonces el agua fluye y llega al mar y los pozos están secos”, señala preocupada.

Además hay una mayor demanda de agua desde la agricultura, ha aumentado la población y el agua es intervenida antes de que llegue a los poblados. Acá en Chile no se respeta el 20% mínimo que se debe dejar en épocas de mayor y menor pluviosidad para establecer un caudal ecológico que asegure que el agua llegará, en su recorrido, hasta el último usuario, pero eso – indica la Dra. Fuentes – no se resguarda.

La legislación no garantiza el derecho al agua, puede una persona intervenir la cuenca en su parte más alta para captar ese recurso y nadie va a hacer nada si eso ocurre. Las normativas son demasiado livianas y favorecen también al empresario. Si hay una denuncia ambiental existe una o dos personas que tienen que recorrer toda la región y que por razones obvias no alcanzan a llegar en los momentos en que ocurre una contaminación, no hay voluntad política real de cuidado del medioambiente y preservación de los recursos naturales”, sentencia la limnóloga.

 

** La limnología es el estudio de los ecosistemas acuáticos continentales (ríos, salares, lagos, lagunas, estuarios) todo lo que no es marino. Su foco de estudio son los componentes bióticos (organismos, plantas, microalgas, larvas, insectos, peces) y los abióticos (donde están los parámetros que regulan como temperatura, radiación solar y nutrientes) que interactúan entre sí.

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