Por Julián Bustamante Fiabane, profesional Dirección de Bibliotecas.
Desde la Dirección de Bibliotecas de la Universidad de Los Lagos llevamos el programa Amülen (“avanzar, progresar” en lengua mapuche) cuyo principal objetivo es fomentar la lectura en la comunidad universitaria más allá de lo académico.
A veces sentimos que tenemos más tiempo del que solíamos tener porque encontramos la información más rápido en las aplicaciones, en Google o buscando en el teléfono.
Pero no debemos olvidar que, por ejemplo, la escritura se escribe también con el cuerpo: desde tu cuerpo al del otro. Así se logra que el lector sienta esa lectura con su cuerpo y le pueda dar taquicardia, risa, llanto, que se ruborice.
La palabra sale de un cuerpo y va a otro cuerpo. Por eso quizás la inteligencia artificial, a pesar de ser una herramienta muy poderosa, es finalmente una palabra que no tiene cuerpo y no tiene tiempo, es instantánea, le pides que te escriba un cuento y lo hace en menos de un minuto. Entonces, la atemporalidad y la falta de cuerpo es un enigma enorme frente a estas poderosas tecnologías.
De la inteligencia artificial se sabe que su caudal creativo es sobre este mundo que ya está. Nosotros también nacemos incluso dentro de una lengua donde ya las cosas están a medias pensadas, ya fueron nombradas y casi diría que estamos y somos juzgados por el lenguaje. En ese sentido, la lectura o la escritura, la poesía, son quizás las mejores formas de romper con ello porque rompes el lenguaje, rompes la palabra, la desarmas y ves un poquito más allá; no detrás del lenguaje – los lingüistas dicen que no existe nada más allá del lenguaje – pero ves cómo está armado ese andamiaje donde naciste.
Hay un poema del escritor argentino Fabián Casas – autor del libro “Ocio”, entre otros – que se llama “Exhibición de atrocidades”. El poema describe un accidente de autos, pero por la mitad del poema te das cuenta de que son juguetes que el hijo, dejó tirados. Es un poema muy lindo que termina diciendo “el único que sabe que pasó acá es el que está durmiendo en la cama matrimonial”.
El otro día hice un ejercicio y le pregunté al chat GPT de qué se trata este poema y su respuesta fue que trata de un accidente porque no fue capaz de entender el amague metafórico. Le consulté a amigos y amigas sobre este ejercicio de que ocurrió con “Exhibición de atrocidades” y chat GPT y la alguien dijo que fue porque la inteligencia artificial no tuvo infancia, y esa respuesta me encantó. Estamos en tiempos acelerados y acá ofrecemos un espacio para la reflexión, la lectura por ocio, recuperar un poco esa capacidad contemplativa que todos tenemos.
Publicado por: Natalia Araya Raccoursier










