Elizabeth Hernández Arredondo
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Profesión: Licenciada en Física y Matemáticas..
Grados Académicos: Doctora en Ciencias, Especialidad en Matemática Educativa.
Adscripción Académica: Departamento de Ciencias Exactas..

Entrevista

Elizabeth Hernández

– ¿Cómo fue que te convertiste en investigadora? ¿Cuáles fueron tus inicios?

Creo que cuando uno estudia, nunca tiene en mente ser investigadora, por lo menos ese era mi caso, yo estaba estudiando física y matemáticas, eso era lo que me gustaba. Según pensaba iba a ejercer en algún edificio, para alguna institución gubernamental o algo de ese estilo.

Sin embargo, a la mayoría de los investigadores nos sucede que cuando llegamos a la universidad, nos topamos con gente que sigue haciendo lo que le gusta, sigue aprendiendo y esa fue unas de mis motivaciones porque un matemático nunca se deja de preguntar cosas, es como un niño, siempre quiere saber más, esa actitud del investigador me gustó, me apasionó. Pero en mis inicios no sabía cómo o qué hacer, entonces por ejemplo en México la carrera tenía 3 vertientes, una era la aplicación, entonces mi idea era irme a la industria, pero al estar ahí me di cuenta de que no me gustaba; yo quería seguir estudiando y no me gustaba estar sentada frente a un computador haciendo análisis estadísticos, parecía interesante pero me faltaba esa parte de las matemáticas más intensa, de ver las demostraciones y esas cosas.

Es entonces que empecé a dar clases y me di cuenta de que esa es mi verdadera vocación, eso me llenaba. Mi desilusión fue darme cuenta de que me gustaban mucho las matemáticas, pero no sabía cómo enseñarlas, eso me lleva a hacer un Magister y un Doctorado.

En comparación a Chile, México tiene la situación que el ser profesor de matemáticas es sólo durante la educación básica y los que dan educación media o universitaria son matemáticos o biólogos, es decir gente que no está preparada para la enseñanza, es ahí donde descubro un mundo que además de las matemáticas, me apasiona mucho que es ver cómo aprende la gente, cómo poder contribuir y esa parte de la contribución me gustó mucho.

-¿Tienes referentes en la ciencia?

En matemáticas tenemos referentes que son casi como heroínas, es el caso de Ipatia de Alejandría, una mujer que es torturada defendiendo la biblioteca y hay muchas mujeres más contemporáneas, pero aquí en Chile yo tengo un referente, que es la Profesora Ismenia Guzmán, la primera Doctora en la didáctica de las matemáticas en Chile, es interesante su historia pues es donde te das cuenta que el conocimiento te empodera, es el ejemplo de que con trabajo y perseverancia se pueden lograr cosas.

¿Por qué decidiste hacer un Doctorado?

Al inicio hago el Magister, yo vengo de una realidad un poco diferente, me doy cuenta de que otros compañeros saltan inmediatamente luego del Magister al Doctorado y andan desempleados, en la gran población de México es complicado conseguir plazas académicas, entonces decido postergar un poco el Doctorado, porque quería probar un poco, adquirir experiencia.

Si bien ser profesor me gusta, no siempre te permite llegar a incidir en otros, no te permite investigar más, entonces el Doctorado es un apéndice que permite inscribirte en una universidad, pero además seguir haciendo lo que deseaba.

-Al hacer el doctorado, tenías familia, ¿hijos?

Al hacer el Magister era soltera, fue ahí donde conocí a mi esposo, veíamos a nuestros colegas, todos solteros o compañeras que ya habían decidido no hacer vida familiar, porque eso no les permitiría seguir investigando al mismo ritmo y, claro, cada uno es libre de tomar sus propias decisiones.

Nosotros decidimos como un equipo que queríamos formar una familia, por eso a mí me queda claro que deberíamos estar con personas con la misma mentalidad que uno, los mismos intereses, se me haría difícil estar casada con un ingeniero o un abogado, mi situación es que mi esposo se dedica a lo mismo que yo y eso es una gran ventaja porque él no tiene ese conflicto que tienen otras familias, de una parte que no entiende ni apoya, por eso entiendo que muchas decidan no casarse o no tener hijos.

Para cuando hice el doctorado fui con una niña y en comparación con el Magister, se me hizo muy complicado adaptar los tiempos de ser madre y ser investigadora y más aún con la pandemia.

Conozco a un referente en este tema, la Doctora Carmen Matanero, española que ha logrado compatibilizar perfectamente familia e investigación.

Es medular encontrar un compañero que te apoye y te entienda.

– ¿Cómo era la situación de las estudiantes mujeres cuando tú estabas haciendo el doctorado?

Yo podría decir que es complejo incluso desde la Licenciatura ser mujer en el área de matemáticas, lo recuerdo de mi promoción donde estudie Licenciatura en Física y matemáticas, éramos 2 mujeres.

Y aquí en el doctorado veo a las chicas complicadas a veces, tienen que conjugar ser madres, trabajar además … a veces uno siente culpa por no cuidar a la familia y debe combatir ese sentimiento, debería pensar que uno lo que ofrece a los suyos es calidad, no tiempo, eso cuesta mucho trabajo entenderlo, es muy complejo.

¿En qué proyectos trabajas hoy?

Se enfoca en la didáctica de las matemáticas, la línea de investigación es sobre la formación de profesores, en lo particular a mí me gusta trabajar en dos áreas que tienen que ver con la formación de profesores y estudiantes que en este caso tiene que ver con la lectura de gráficos estadísticos por ej. y el uso del lenguaje metafórico para la enseñanza de las matemáticas.

  – ¿Podrías mencionar 3 principales dificultades que enfrentan las mujeres para hacer ciencia en Chile?

Una son los espacios para desarrollarse como investigadora, es complicado para algunas mujeres el hecho de que les cuesta trabajo incorporarse a las universidades.

Otra de las dificultades es compatibilizar los tiempos, entre el deseo de ser madres e investigadoras.

También el tipo de recursos económicos o proyectos de investigación donde nos podríamos ver inmersas. Si bien hay políticas en Chile que apoyan a las investigadoras, tales como licencia por maternidad, en función a los años en que podrían postular, sin embargo, los estatutos para las postulaciones o el número de artículos son equivalentes a los de un hombre, cuando a nosotras nos cuesta mucho más trabajo desarrollar un artículo porque tenemos que estar encargadas de hijos, de la casa, etc. Entonces este tipo de concursos no lo tienen en cuenta, lamentablemente el tiempo de ser madre e investigadora es mucho mayor y no basta con la licencia maternal, eso es muy complicado.

– ¿Podrías mencionar los tres principales desafíos que tienen que enfrentar las mujeres para hacer Ciencia en Chile?

Creo que se da mucho en América Latina y tiene que ver con el empoderamiento, es difícil todavía que la comunidad académica reconozca a una mujer como investigadora, el reconocimiento de los pares, creo que es complejo y es uno de los grandes desafíos, pero creo que es una situación cultural que se tiene que seguir trabajando.

Otro de los desafíos es desde la motivación de nuestros estudiantes, incentivarlos a desarrollarse en esto de la Ciencia.

Otro desafío sería lograr que no nos midan a las mujeres con el mismo estándar que a los hombres, pues es muy difícil que nos adaptemos y compatibilicemos vida familiar e investigación.

– ¿Recomendarías a las jóvenes dedicarse a la ciencia?

Recomendaría a las jóvenes a acercarse a la ciencia, es muy interesante, sobre todo el nunca dejar de hacerse preguntas y aunque pasen los años uno se siente joven, rejuvenecido con esto, porque siempre tienes algo que hacer, algo que descubrir, hacer un aporte a otro, que le sirva a los demás es una de las cosas más motivantes, hace que nuestra vida sea mucho mejor, el entregar algo.

– ¿Por qué crees que es importante visibilizar a las mujeres que hacen ciencia?

Creo que, si visibilizamos esta participación de las mujeres en ciencia, podríamos entregarles otros referentes a nuestras alumnas y alumnos, para poder tener otra elección de vida, de formación y a partir de que vean lo que hacen los otros es una manera de que la gente se empiece a enamorar del campo científico.

Tal vez faltan espacios de conversación entre profesores y alumnos, para que nos conozcan, sepan lo que hacemos además de impartirles clases, a qué nos dedicamos, eso podría aportar a los chicos, incluso llevarse ideas menos sesgadas de las que uno tiene a veces en el pregrado.

Hace falta visibilizar el trabajo de la investigadora, para que nuestros alumnos tengan más y mejores herramientas que las que tienen ahora.

No creo que haya igualdad de Género en la comunidad científica, hay algunas propuestas que conozco, cursos que tiene la ONU y otros organismos, nos damos cuenta de que traen un discurso más o menos de los años 50, pero es complejo, se debe a la idiosincrasia de nuestras naciones, pero cuando uno habla con sus pares se da cuenta que este es un proceso en construcción, aun no hay igualdad.

 

 

 


  • Didácticas de los diversos marcos matemáticos.
  • Formación de profesores de matemáticas.
  • García-García, J.I., López, C y Arredondo, E-H. (2018). Interpretación de una tabla y una gráfica circular por estudiantes de licenciatura. Tangram, Revista de Educação Matemática, 1 (3), 24-39.
  • Pino-Fan, L., Báez, D., Molina, J. G. y Hernández, E. (2020). Criterios utilizados por profesores de matemáticas para el planteamiento de problemas en el aula. Uniciencia, 34(2), 114-136.
  • Arredondo, E.H., García-García, J.I. y Márquez, M. (2020). La modelación metafórica del movimiento por estudiantes universitarios. Formación Universitaria, 13(3). (Aceptado).
  • García-García, J.I., Arredondo, E. H., López-Mojica, J. y Encarnación-Baltazar, E. (2019). Avances en la comprensión gráfica de estudiantes de secundaria después de actividades de aprendizaje. Revista Espacios, 40(12), 11-25.

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